Pez alado que utiliza unas extrañas «patas» parecidas a una lengua para saborear el fondo marino - Sí, de verdad
Descubre las habilidades únicas de estos peces andantes
Este pez alado utiliza unas extrañas «patas» parecidas a una lengua para saborear el fondo marino
Descubre las habilidades únicas de estos peces andantes: Los petirrojos marinos
Imagina un pez con patas, no sólo con aletas. Una criatura que se pasea por el fondo del océano, cazando presas con una precisión casi asombrosa. Ésta es la extraordinaria realidad del petirrojo marino, un pez inusual con una serie de espectaculares adaptaciones a la vida en el fondo del océano.
Estos animales proporcionan ahora información sobre los procesos evolutivos que dieron lugar a las extremidades y los órganos nuevos.
Otro vídeo interesante que puse en Notes es este:
¿Cómo pasó la vida del agua a la tierra? ¿Cómo adquirieron nuestros antiguos antepasados las extremidades que les permitieron explorar los entornos terrestres? Para abordar estas cuestiones, un equipo de investigadores dirigido por el profesor Nicholas Bellono estableció el petirrojo marino como organismo modelo para estudiar la evolución de la novedad biológica y el comportamiento natural.
Este fascinante pez ha desarrollado apéndices parecidos a patas que utiliza para «caminar» por el lecho marino en busca de presas enterradas. Mediante el estudio de estas criaturas, el equipo espera descubrir los planos genéticos y de desarrollo que impulsan la formación de nuevos órganos y comportamientos.
Los peces andantes y el origen de las extremidades: Cómo los petirrojos marinos iluminan las maravillas evolutivas
En dos estudios publicados en septiembre de 2024 en la revista científica “Current Biology”, el equipo explora los programas genéticos que especifican la formación de nuevas extremidades en el petirrojo marino, identifica las patas como órganos sensoriales y define cómo estas adaptaciones impulsan comportamientos específicos de la especie.
Piernas Sensoriales: Una adaptación novedosa
En el segundo estudio, «Evolución de nuevos órganos sensoriales en peces con patas», los investigadores exploran las capacidades sensoriales de las patas de los petirrojos marinos. Estos apéndices no sólo sirven para caminar, sino que han evolucionado hasta convertirse en sofisticados órganos quimio-sensoriales que ayudan a los peces a localizar presas enterradas. Mediante una combinación de modelado físico, perfiles genéticos, neurofisiología molecular y análisis del comportamiento, el equipo identificó nuevos quimiorreceptores que controlan este comportamiento depredador único.
Otros peces los siguen porque son muy buenos detectando y descubriendo presas enterradas.
El estudio también caracterizó el desarrollo y la función de la especialización sensorial de las patas, y realizó análisis evolutivos comparativos entre especies de petirrojos marinos de todo el mundo para definir cómo la adquisición de nuevos rasgos media en el comportamiento animal novedoso.
Esta investigación no sólo arroja luz sobre los orígenes evolutivos de las extremidades, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre cómo las adaptaciones genéticas, evolutivas y fisiológicas integradoras median en la adquisición de rasgos novedosos.
Genes antiguos, nuevas extremidades
El primer estudio, «Antiguos genes del desarrollo subyacen a las novedades evolutivas de los peces que caminan», investiga la genética de la formación de órganos. Al generar genomas de alta calidad de dos especies distintas de petirrojos marinos y utilizar la transcriptómica y la edición genómica CRISPR-Cas9, el equipo identificó el gen tbx3a como impulsor crítico de la formación de las patas. Curiosamente, el tbx3a también es importante para la formación de las extremidades en otros animales. Esto sugiere que los peces utilizan programas genéticos similares a los que utilizamos nosotros para fabricar extremidades para convertir sus aletas en patas.
A continuación, el equipo evaluó las consecuencias funcionales de la alteración de tbx3a para identificar los mecanismos evolutivos de la regulación génica en dos especies de petirrojos marinos, separadas por ~18 millones de años de evolución, que utilizan las patas para comportamientos únicos.
Se trata de un pez al que le crecieron patas utilizando los mismos genes que contribuyen al desarrollo de nuestras extremidades y que luego las reutilizó para encontrar presas utilizando los mismos genes que utiliza nuestra lengua para saborear la comida. Bastante salvaje.
Bastante salvaje, en efecto, y una maravillosa demostración de las extrañas madrigueras de conejo por las que puede llevarte la ciencia cuando te abres a la curiosidad, la espontaneidad y a seguir a los peces raros adonde te lleven.
Atención: La imagen es de un humano, no la del pez. En el artículo hay 2 vídeos de este pez "Frankenstein", hecho de partes.